365 días para recordar

Ayer, Gabilondo decía esto. Y una vez más, razón no le faltaba. Acostumbramos a hablar de dictadores, de falta de Derechos Humanos... pero sólo cuando nos conviene. Cuba o Corea del Note son malas dictaduras (sí, lo son). Pero tampoco se respetan los Derechos Humanos en otros países (incluido el adalid de la libertad y la democracia: Estados Unidos). En el caso concreto de Arabia Saudí, como tienen petróleo, y el mundo entero depende de ese petróleo, hacemos la vista gorda y callamos. Ya criticaremos a nuestros gobernantes cuando visiten la Cuba de Castro. Ya sólo por el hecho de que todos dependemos del petróleo de unos dictadores, merecería la pena eliminar esa dependencia (ya que parece que el mensaje ecologista no cala).
Pasa lo mismo con el Día Internacional de... (póngase la causa que se prefiera). Es necesario celebrarlos, pero deberían celebrarse los 365 días del año. Porque una vez que pase el día, ¿alguien se acordará?
Se acaba de celebrar el Día Internacional contra la Violencia Machista (sí, machista; dejemos a un lado los eufemismos como "Violencia de Género"). ¿Nos acordaremos en los días sucesivos? Sólo para lamentar la muerte de otra mujer. Pero nadie intentará cortar el problema de raíz: intentando acabar con el machismo social instalado todavía en el inconsciente colectivo.
La semana anterior se celebró el Día Internacional del Niño. Todos nos acordamos durante un día de los niños. Y ahora que se habla tanto de malos tratos en el seno familiar, ¿por qué nadie recuerda a los niños testigos de esos malos tratos? Puede que no lo sufran en sus carnes, pero también lo sufren. Y eso cala y afecta.
Lástima que vivamos en una sociedad tan amnésica que tiene que celebrar días para acallar su conciencia.